Medios de transporte


Al margen de que sea o no el Coronavirus lo que nos ha obligado a renunciar a un destino más exótico y lejano, Tenerife es, para nosotros, un destino cercano y el acceso por mar o aire es mucho más barato y sencillo. La isla tiene vuelos directos a buena parte de las capitales europeas, sobre todo en invierno y cuando no hay pandemias por medio. A través de la página web de AENA puedes utilizar el Buscador para ver las rutas aéreas que más te interesan para llegar a la isla.
Nosotros, que vivimos en Gran Canaria, en esta ocasión preferimos evitar el avión pues, para una ruta tan corta, no merece la pena empaquetar la bicicleta y, en el barco, no hace falta pues la bici es tratada como cualquier otro vehículo. Así que llegar a la isla nos ha resultado bastante sencillo. La mañana del viaje salimos de casa en nuestras bicis y pedaleamos hasta el Puerto de Las Palmas donde nos embarcamos en un Ferry rápido de la Naviera Armas. Como ya hemos contado resulta hasta curioso entrar en la bodega de esta mole de aluminio con tus bicicletas entre coches y camiones. Nos trajo a la mente las imágenes y los olores de nuestro viaje al Delta del Mekong cuando nos pasábamos el día subiendo y bajando de pequeños transbordadores que cruzaban la infinidad de afluentes del mismo.
Dentro de la bodega del barco todo es mucho más sencillo que en un aeropuerto. Sujetamos nuestras bicis con unas cinchas allí donde nos indica el operario y subimos a sentarnos y a rezar que el viaje de hora y media sea lo menos movido posible.

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